mi Barcelona es su Barcelona (I)

El Espectador mira, pero no proyecta las cosas, sino que responde a su mirada. La luz que permite ver ya no es sólo la luz del sujeto, del concepto, sino la de las cosas.
(...)
El mirar de El Espectador es un ejercicio erótico, listo para fundirse, pero sin confundirse con las cosas. Para ello tiene siempre el salvavidas del concepto. El concepto es la distancia, la cercanía distante de las coisas, que acomoda nuestra visión a ellas, y nos permite verlas.

Prefácio de José Luis Molinuevo em El Espectador, Ortega y Gasset